las vacas que todos pueblos piden (Diario de Navarra)

Las vacas que todos los pueblos piden:
- Los grandes aficionados a las vaquillas ya saben cuáles son las más bravas, y en los pueblos de mayor tradición también conocen qué atraerá a público y recortadores. Los ganaderos lo saben y dosifican a estas reses.
PAMPLONA Domingo, 31 de agosto de 2008 - 02:13 h.
HE cobrado mucho dinero por llevar a mi toro Juguetón a pueblos de la zona de Valencia, cientos de miles de pesetas. Les gusta porque rompe los barrotes de las plazas", explica el ganadero Víctor Arriazu, que cría en Ablitas casi mil cabezas de ganado. La historia de este toro es habitual en el Levante.

* GANADERÍA MIGUEL RETA (ZURUCUÁIN)
Número. 9

Nombre. TENDERA
Color.COLORADA

Edad. 5 años.

A destacar. No duda en perseguir a los mozos hasta detras de la barrera

Precio. lo minimo son 1100 euros.





* GANADERÍA JESÚS MACUA (LARRAGA)
Número. 2.

Nombre. Marquesa.

Color. Negra.

Edad. 10 años.

A destacar. La "pesadilla" de los recortadores, según Macua.

Precio. La media del lote es de 2.000 euros.





* GANADERÍA JUANJO LAPARTE (MARCILLA)
Número. 26.

Nombre. Segadora III.

Color. Colorada.

Edad. 7 años.

A destacar. Premio a la vaca más brava en Sanfermines.

Precio. De media, una tarde puede salir por 3.000 euros.


* GANADERÍA ENRIQUE DOMÍNGUEZ (FUNES)
Número. 100.

Nombre. Pistolero.

Color. Negro.

Edad. 5 años.

A destacar. Siempre sale junto a una vaca llamada "Gitana".

Precio. Puede rondar los 2.000 euros de media.



* GANADERÍA RICARDO FRAGUAS (VILLAFRANCA)
Número. 30.

Nombre. Manuela.

Color. Colorada.

Edad. 12 años.

A destacar. Tiene en su haber 15 cogidas.

Precio. Una tarde con todo el lote, unos 3.000 euros.



En Navarra, es completamente diferente. Los ayuntamientos no pagan por tener un animal en concreto, se paga por el lote, aunque sí hay predilección por algunas vacas. Cada ganadero tiene su pequeña joya de bravura que crea peligro allá donde va. "Si las llevas, te ayuda a quedar bien con el pueblo", explica Miguel Reta, que tiene 230 cabezas en Zurucuáin (Tierra Estella).

La otra cara de la moneda llega cuando estos espectáculos para la diversión acaban en tragedia. En sólo una semana ha habido dos muertos en las vacas de Lerín y Marcilla. Muy afectado se quedó el ganadero marcillés Juan José Laparte cuando vio que tras la embestida de su vaca más brava, Segadora III, un hombre de 46 años se golpeó en la cabeza y murió en las calles de su localidad. Este suceso no le dará a su vaca más cartel, ya lo tenía: había ganado en julio el título de más brava en el concurso de recortadores de San Fermín.

Según el tipo de festejo

El precio de los encierros y suelta de vacas se fija según las características: dependiendo de las horas, de si es plaza o calle, o de cuántas reses hagan falta. Se establece un precio por el lote completo. Lo mínimo exigible suele ser unos 1.000 euros, aunque pueblos como Buñuel, donde las vacas son las auténticas protagonistas, pueden llegar a pagar 5.500.

Para mantener a estas vacas en plena forma los ganaderos dosifican sus apariciones. Es el caso de Manuela, del ganadero de Villafranca Ricardo Fraguas, en cuya agenda para este año sólo aparecen cuatro plazas: Villafranca, Deltebre (Cataluña), Pedrola (Aragón) y Zaragoza. "Al año tiene tres o cuatro corridas y se reserva exclusivamente para plazas. Es muy complicado, porque muy pocas salen tan buenas, y si la sacara todos los días tendría que retirarla", explica Fraguas.

A pesar de que se les cuida más que al resto, resulta inevitable que su media de vida se vea reducida. "Se entregan mucho, y por ello siempre se llevan los golpes más duros. Se tienen que retirar a los 10 o 12 años de edad, frente a los 16 que puede alcanzar una vaca que se lance menos", explica el ganadero funesino Enrique Domínguez, que sigue una tradición de varias generaciones en la cría de astados.

En cuanto a los toros, la historia se repite. Uno bravo que proporcione espectáculo dura 7 u 8 años, frente a los 12 años de la media. Para ellos, hay una forma de alargar su vida: la castración. "Así se logra que dure casi como una vaca", explica Víctor Arriazu. El único problema de este método es que no se puede aplicar a los mejores ejemplares, que se reservan como sementales.

La buena vaca y el buen toro no se hacen, nacen. "No se puede entrenar, es algo que sale. Hay que descubrirla y cuidarla", afirma el ganadero ragués Jesús Macua. En su finca hacen un seguimiento desde que tientan a las becerras con sólo dos años. Pero la edad definitiva son los 5 años. "Entonces, la que es buena, es buena", sentencia. En su caso, se llama Marquesa. "Es letal para los recortadores, a los que pilla con facilidad, no se le escapa uno", señala.

Genética y selección

La clave está en una buena genética y una buena selección de ejemplares. "De una madre buena puede salir una vaca buena; si no, es muy difícil", asegura Enrique Domínguez. Uno de los ejemplos más claros de esto es Pistolero, hijo de otro mito, Pichón. "Los dos eran toros famosos y los dos han ganado importantes premios".

Sin embargo, ni siquiera unos buenos progenitores garantizan tener la descendencia deseada. Según Domínguez, "de una camada de cien vacas, despuntan una o dos". Parecidos números manejan Macua, Reta, Laparte y Arriazu, aunque el ganadero Ricardo Fraguas se muestra bastante más selectivo. "Más o menos logra destacar una de cada quinientas".